Han de hallarse derretidos en la niebla, un enjambre desvelado y zigzagueante;
¿qué sé yo?
Nunca supe adónde quedaron sumergidos.
Relegados ante las imposturas
en aquella disección de aguas turbias;
el deslugar de Juan Gelman,
que de tan oscuro ilumina.
Tiemblan las flores que allí crecen, mas nadie grita ni adolece.
Para Alejandra Pizarnik, el no lugar;
¿cómo predecir si de allí viene?
Nada más lejos de la desesperación
que contiene los arrebatos y se santifica;
"La poesía no hace que algo suceda",
asumía Auden mientras escribía.
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