Quién respeta tus márgenes
te hace más libre;
quién aturde tu libertad
no te respeta.
Esa es la repercusión
de ser mujer violeta;
de haberte hecho a ti misma
con un puñado de interferencias.
Esa es la resolución
y el propósito de enmienda:
aceptar cuáles son los límites
entre el corazón y la cabeza.
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