Y en el ruido la inmensidad de tu silencio,
y en ese tic tac el grito de mi mundo,
y en mi hogar un sinfín de náufragos,
y en la proa un mar enfadado,
y en las olas de mi cuerpo el deshielo,
y en la lluvia de tus ojos un cielo azul,
y en la cálida brisa un pájaro,
y en las alas las palmas de tus manos,
y en las caricias una jaula dorada,
y en el columpio una infancia sumergida,
y en los años tus impasibles despedidas,
y en el adiós miles de frases hechas,
y en las palabras una habitación vacía,
y en el suelo derramada la tinta.
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