sábado, 27 de febrero de 2016

El sexo de la poesía

Nunca antes
se había cuestionado
el porqué de ese verso asonante
que cuando no se recita
provoca tal vacío
que el poema llora.


Pero, aquella tarde,
cuando ya todo había acabado,
la poesía lloró.
No estaba triste, me dijo.
Las lágrimas eran

cucharadas de carcajadas. 

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