Huir no significa escapar,
los diccionarios se equivocan.
Huir es volver hacia sí mismo.
Huir es posarse,
cual paloma clandestina,
en los horizontes de la Plaza de Oriente.
Posarse en ellos
sin tener el mínimo aprecio por la historia,
esa asignatura pendiente,
que las llevó allí.
Un pasado que a veces es mejor olvidar,
aunque sea un olvido consciente y obligado.
Huir es pasarse la vida de estación en estación,
perdiendo trenes e imaginando vagones.
Huir es escribir en pasado,
como si el presente fuera diferente.
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