“El gran reto que tiene nuestra
sociedad actualmente no es vivir más años, es vivir esos últimos años en
plenitud”, afirma José Manuel Marín, médico encargado de la parte sanitaria
geriátrica de Bienestar Social. Teniendo en cuenta esta premisa, dado el
aumento de la esperanza de vida en los últimos años, el objetivo de las
políticas de envejecimiento activo es evitar que las personas vivan sus últimos
años con altos niveles de dependencia, mejorando la capacidad de gestionar su propio
proceso de envejecimiento en un ambiente de seguridad, participación, salud...
El Centro de Envejecimiento Saludable
aglutina el fuerte de las políticas de prevención del deterioro cognitivo del
programa de entrenamiento de memoria que tiene el Ayuntamiento desde el año
1998. Este programa, que se hace en todos los distritos y aglomera labores como
la evaluación o administración “tiene el reto de sensibilizar a la gente que va
envejeciendo de que tener problemas de memoria no es normal de la edad”, afirma
Marín. Además, también se encarga de realizar estimulación cognitiva a grupos
de pacientes con demencia mediante “una forma más integral, trabajando la parte
psicológica, efectiva, funcional y familiar, no solo con fármacos”, afirma el
médico geriatra.
El Centro de Envejecimiento de
Donoso Cortés nº4, que nació en el año 2011, tiene el objetivo de sensibilizar
a la gente y diseñar estrategias para el envejecimiento saludable desde el
punto de vista cognitivo. En él trabajan 4
profesionales de la psicología, una enfermera y un médico. Realizan 34
talleres preventivos de memoria al año para población sana, con una duración de
dos meses y medio cada uno, también atienden a 4 grupos de pacientes con demencia y a 7 grupos en el aula cognitiva de
Gradior, con los que se intenta ralentizar el detrimento cerebral de estas
personas. Este último programa es utilizado con pacientes diagnosticados con
algún tipo de deterioro cognitivo, para los que se crea un circuito generado de
manera manual dependiendo de sus necesidades. Se estima que han participado en
estas actividades unas 9.000 personas durante estos años. “Las personas pueden
acceder a los talleres directamente a través de sus centros de servicios
sociales comunitarios, de sus asociaciones, a través de la página web o
derivadas por profesionales, aunque también nos desplazamos a los distritos”,
comenta Marín.
“El propósito particular para el
año 2018 de la Sección de Mayores del Área de Derechos Sociales es el traslado
de este Centro de Envejecimiento Saludable a Calle Carril: un lugar más céntrico,
visible, amplio y con más proyección”, expone Francisca Ramos, Jefa de la
Sección. La nueva sede contará con un conjunto de viviendas de 38 alojamientos
en el Distrito Centro, promovido por el Consejo Sectorial de Mayores, y en la
parte baja se encontrará el centro base, donde se aglutinará la recepción de la demanda para talleres de memoria,
demencia y talleres de cuidadores. “Nos vamos con la misma estructura que
tenemos a un centro habitacional con mejores instalaciones y zonas comunes”,
explica Marín.
“Comúnmente, las personas que
acceden a nuestro centro tienen problemas de hipertensión, azúcar, colesterol
(que puede provocar problemas vasculares), inicios de deterioros cognitivos,
demencias en estadios leves, problemas de movilidad o depresiones”, dice Nora
Páez, psicóloga del CES. Asimismo, la mayoría de las personas que acuden son
mujeres, algo que la especialista achaca a que “normalmente las mujeres nos preocupamos más por hacer cosas para mejorar
nuestro estado de bienestar general, por lo que mujeres y hombres tenemos
formas totalmente diferentes de envejecer”. Aunque, como expone María León,
enfermera geriatra, “los síndromes demenciales con más frecuentes en las
mujeres”.
“La atención global a los pacientes
con demencia es muy precaria, aunque la gente cada vez tiene más conocimiento
de que hay que hacer algo más que tomar una pastilla”, dice Marín. “El
actual sistema es deficiente, nosotros hacemos un ápice pero en la mayoría de
los casos simplemente se diagnostica la demencia y poco más, se banaliza, se
cree que es algo propio del envejecimiento”, explica la enfermera. Según la
OMS: “Los sistemas de salud de la mayoría de los países no están bien
preparados para hacer frente a las necesidades de estas personas, que suelen
padecer varias enfermedades crónicas y síndromes geriátricos. Es preciso que
los sistemas brinden servicios integrados y específicos para los ancianos que
les ayuden a conservar sus facultades”. León apuesta por empezar mejorando la
formación de los profesionales y concienciando a la sociedad para progresar en
la atención a estos pacientes, ya que “cuando se presentan temas así en las
familias todos se desbordan, pero en el mejor de los casos se implican”, afirma
León. “Por lo general una demencia es una enfermedad familiar”, expone Páez, ya
que al recibir el diagnóstico hay que cambiar toda una estructura de vida.
“Tenemos un taller orientado a las familias o los cuidadores de los pacientes
que vienen al taller de estimulación cognitiva; es un grupo de autoayuda
y psicoeducativo en el que explicamos en qué consiste la enfermedad y los
orientamos en todas las etapas”, dice la enfermera. Desde el centro tienen reuniones con las familias, acuden a las
evaluaciones de los pacientes e, incluso, les asesoran en cuanto al camino a seguir.
“Cuando no podemos hacer nada más con los pacientes también les aconsejamos
acerca de las ayudas que se ofrecen o sobre de la Ley de Dependencia”, explica
la psicóloga Nora Páez.
“Las cosas han cambiado en
los últimos años: los diagnósticos son más específicos. Actualmente no hay cura
para las demencias, pero hay mejor calidad de vida y la perspectiva es buena”,
expone Páez. Se utilizan parches
transdérmicos para la medicación a través de la piel o terapias no
farmacológicas en los tratamientos. “Aunque nosotros estamos solo para una fase
leve moderada, cuando el paciente va avanzando no tiene sentido hacer una
terapia tan corta, por lo que se deriva para la ley de Dependencia en un centro
de día, aunque muchos se quedan en su casa”, explica León. Según el análisis CES: “Son numerosos
los estudios que evidencian que aquellos mayores con mayor índice de
participación social y en actividades diversas de ocio y tiempo libre
(voluntariado, baile, lectura, juegos de mesa, manualidades, etc.) tienen un menor
riesgo de deterioro cognitivo y de desarrollar demencia”.
Como expone la Organización Mundial de la Salud, en muchas sociedades tradicionales las personas de edad son respetadas como “nuestros mayores” mientras en otras se crean estereotipos a causa de su edad o directamente se las discrimina. “Si queremos construir sociedades cohesivas, pacíficas, equitativas y seguras, el desarrollo tendrá que tener en cuenta esta transición demográfica y las iniciativas tendrán que aprovechar la contribución que las personas mayores hacen al desarrollo y, al mismo tiempo, garantizar que no se las excluya”.
Como expone la Organización Mundial de la Salud, en muchas sociedades tradicionales las personas de edad son respetadas como “nuestros mayores” mientras en otras se crean estereotipos a causa de su edad o directamente se las discrimina. “Si queremos construir sociedades cohesivas, pacíficas, equitativas y seguras, el desarrollo tendrá que tener en cuenta esta transición demográfica y las iniciativas tendrán que aprovechar la contribución que las personas mayores hacen al desarrollo y, al mismo tiempo, garantizar que no se las excluya”.
Reportaje realizado como periodista del Ayuntamiento de Málaga y publicado en el Boletín Informativo de Derechos sociales
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