viernes, 10 de febrero de 2017

Partir desde ahí

Me despojaré del principio para no otorgar más crédito al miedo.
De los principios, en realidad, pues son miles los que se abalanzan al unísono.
Y cada vez son más los que llegan para quedarse, permanecer. 
Comienzos que sobrevuelan los charcos y acechan escondidos a su presa.
Puntos de inflexión que crean la necesidad de olvidar la entropía, de ajustarlo todo y partir desde ahí.
Sin embargo solo se quedan en eso, en simples principios que se acumulan.
Dan un vuelco a los objetos temibles y ellos mismos se asustan del lugar, de lo oscuro, de lo vacío, de lo inexistente. 
¿Y qué hacer si los versos nunca son completamente libres?

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