viernes, 19 de abril de 2013

A solas



A solas,
cuando ya no queda nadie,
mejor dicho,
cuando él ya se ha ido,
llora.


Recoge los pedazos rotos,
los restos de fe,
los trozos de su cobardía,
las sobras de su alma.


Arrodillada,
para qué moverse,
con el vestido roto en el suelo,
con las lágrimas mordiendo el recuerdo.


Él volverá,
regresará como siempre:
con una sonrisa de descaro,
entre promesas y torturas,
rodeado de inconsciencia.


Ella  volverá
a estar sola,
a estar con él.
A creer y después taparse las heridas,
a morir acompañada para intentar sobrevivir a solas.


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