Creo que borré mi libro antes
de escribirlo y por eso ahora leo en voz muy bajita…
1. En
las sandalias de Madrid
El período lectivo siempre acontece de un modo
inconsciente, casi inhóspito. Desolador lleno de vagos recuerdos. Proporcional
a la cantidad de rencor que se iba acumulando en una parte de mi pequeño
infierno.
Se había acabado el verano, en realidad nunca lo
había inaugurado oficialmente. Mi alma, o lo que quedaba de ella, yacía en un
piso sin nostalgias ni te quieros que bordeaba las sandalias de Madrid.
Todo había ocurrido muy rápido, justo ese día se
había ido la persona que más tiempo había estado a mi lado; sola en la ciudad
había emprendido el arriesgado proyecto dejar de fumar. ¡Justo ese día! Y me di
cuenta de que siempre necesitamos algo que nos vaya matando lentamente, pero
sobre el que tengamos el poder de modificar sus dosis dependiendo de las ganas
de incrementar el sentido agonizante de la supervivencia.
La adolescencia iba pasando a la vez que me
resignaba a pensar que yo nunca tendría de eso. Nunca en el hipotético caso de
que tuviera algo.
Madrid, la
ciudad de tus deseos, y un poco de septiembre o algo así.
¿Fumar?, ¿Te quieros?
ResponderEliminarSupongo que tendre que esperar a tu biografía para conocerte un poquito...
RMJ