lunes, 4 de junio de 2012

Octubre



Por el deseo incandescente que una vez me llevó a ti,
Y me mantiene,
Me sostiene entre olas
Saladas.
Escuecen mis heridas.

Por la infancia que envejeció contigo
Y,
 Justo en la penumbra de la muerte,
Mareas de lejanía,
Entendió que no existías.

Pero llegó a ti,
Tan altanera e ingenua,
Lágrimas sumisas,
Sonrisas,
Que tú,
La mar partida en inconsciencias,
Suplicaste conmigo,
Lloraste.

Éramos una y,
A la misma vez,
No éramos nadie.
Por eso te busqué, tanto tiempo.
Nos encontramos.
Nos aferramos.

El mar,
La mar.
Ya me advertían.
Mi pequeña playa de imprecisiones.

Juntas,
Soñadoras impasibles,
Comprendimos el frío invierno,
La helada primavera,
Desolador verano…

Jugamos,
Como niños en la arena,
A traficar con el tiempo.
Yo,
Tu poesía ambulante.
Tú,
Mi manera de ser.

Alguna vez se despedirán nuestros llantos.
Quedará el recuerdo.
Ellos.
Sombreros de plata que no supieron,
No pudieron.
O sí.
De algún modo.

Quedará en octubre,
Cuando suba la marea,
La escarcha en tu vientre.
La mar, mi mar.

Llorará la luna sobre tu costado,
Reflejos del alba.
Nadie lo podrá secar.
Ellos.

Las corbatas quedarán vacías,
El intento se resistirá,
Se congelará,
Ya siento el frío,
Tú forma de mirar.




2 comentarios:

  1. Poetisa. ¿Es tuya? Me ha encantado. :)

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  2. Maribel... me has dejado petrificado... Tu poema es buenísimo!! Tan rico en matices, en imágenes, tan cálido... Genial esa dualidad , esa doble voz. Mientras lo leía me venían a la mente imágenes de niños correteando por una inacabable playa de arena blanca... y luego Octubre, con sumarea, el viento frío y la playa vacía... hay tantos significados y sensaciones en esa imagen....

    Verdaderamente genial. Te felicito de corazón

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