Desde la infancia, desde
un patio de colegio. Juegos, sonrisas, dibujos, influencias sexistas…
Nada es como lo cuentan.
Ni los príncipes son tan azules ni las princesas tan tontas. Nos inculcan desde
pequeños un azul ligado a lo masculino con garras y armas de fuego. Por el
contrario, las niñas son rosas. Rosas sensibles, encarnadas con horquillas de
colores, sonrosadas sentimentales. Desde la barriga venimos predeterminados.
Los cuentos, típicos de
Disney y demás tópicos nos adiestran desde pequeños creando valores desfasados,
sea por tradición inconsciente o conscientemente a traición. Seguimos siendo
Cenicientas con dolor de pies en busca de su príncipe, aunque ya da igual que
se azul o no.
Hasta Sirenita se quedo
sin voz en la historia. Otras versiones comentan incluso que perdió la vida. Lo
que no cambia en ningún relato es que la cola de una sirena libre en el mar se
dividió en la Tierra por un hombre, por amor.
La mujer lucha por la
igualdad de género sobre todo para los lugares en los que esta diferencia es
mayor, Guatemala o Bolivia por ejemplo. La equidad está todavía lejos de
hacerse realidad. Sueldos más bajos, menos puestos de importancia… El 75%
de las intervenciones en los informativos las ocupa un papel masculino bastante
afincado en la desigualdad. Quizás por hábito costumbre. Quizás por vivir como
la mujer
sumisa en 1958
`La Mirada de las Mujeres
en la Sociedad de la Información´, un seminario centrado en el tratamiento
informativo de la Violencia de Género, abordó este tema en el marco de la
inferioridad femenina instaurada y haciendo de la igualdad de género un
objetivo en sí mismo, guardando distancias con los beneficios económicos, de
empresa…
El curso definió la jugada
que marcó un empate antes de Navidad. Un partido en Noviembre en el que ambos
equipos, géneros de iguales, se deshicieron de las porterías y el balón quedó
desinflado. Las reglas del juego no siempre valen.
Soledad Ruiz Seguin,
directora general de violencia de género de la Junta de Andalucía, acompañó con
sus ponencias. Además de Rosa María Calaf, periodista y antigua colaboradora de
RTVE, y otros ponentes que enriquecieron las seis jornadas que finalizaron en
la Asociación de la Prensa de Málaga.
El encuentro cumplió el
quinto año y reunió a 60 alumnos de la Universidad de Málaga. Estuvo coordinado
por las profesoras de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga,
Teresa Vera Balanza y Susana Guerrero Salazar. Y contó con la relevante
presencia y colaboración de Teresa Santos Garrote, periodista o, como ella
dice, `militante del periodismo´.
Además de los medios de
comunicación convencionales, el sexismo y la violencia de género los podemos
ver reflejados en numerosas producciones. Te doy
mis ojos, por ejemplo, es una película española de Icíar Bollaín acerca de
la violencia contra la mujer.
También destacan libros
como La mujer total de Marabel Morgan. Un best-seller en Estados Unidos, donde
se editó en 1973.
“En su cara apareció una
expresión terrible y dura. Yo sostuve su mirada. En tono mesurado, me preguntó:
- ¿Por qué discutes todas y cada una de mis decisiones? - ¿Que yo discuto?
-repetí- Nunca las he discutido
- Me paso el día peleando
con la gente y no tengo la intención de pelearme también contigo por la noche.
- ¿Pelear? Si no peleamos... - En lo sucesivo, cuando tengamos cuando tengamos
que ir a algún sitio, te lo diré con 20 minutos de anticipación. Así tendrás
tiempo de arreglarte y nos ahorraremos las discusiones"
Pero el tiempo pasa muy rápido, lento y duro
para las víctimas. Avanzamos teóricamente. Como decía una de las ponentes, con
respecto a la canción de El emigrante de Juanito Valderrama `me voy a hacer un
rosario con tus dientes de marfil, ¡antes o después hijo de puta!´ Las letras
de las canciones son otro reflejo del sexismo existente. Canciones antiguas y
otras que no lo son tanto. Claras Campoamor no hay muchas.
El 25 de Noviembre, día
internacional de la Violencia de Género publicaban en los diarios que este año
habían muerto 54 mujeres a manos de sus parejas.
6 años después de la
entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género.
Solo nos queda pensar que
la Sirenita volvió a las aguas. Saladas, dulces, agrias pero no amargas. Que
siempre puede existir otro final para un cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario