sábado, 27 de febrero de 2016

Marea todo lo demás

Era noche en tus tinieblas,
nublado el humo del mar.
Pero nada más,
sólo eso.
Marea todo lo demás.


La brisa era un verso vacío,
las olas rompían a llorar,
el mar se mordía por dentro:
impotente,
indecisa.
Las rocas empezaban a gritar.


Y tu pequeño velero
surcando las olas sin parar.
Dulces tus lágrimas,
boca imprecisa,
arrugas.
La bruma despeinaba el mar.


Con las manos separadas,
siempre,
incrédulas ante la realidad,
quedaban,
caricias ardientes,
calmadas por miedo a la inmensidad.



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