domingo, 27 de mayo de 2018

“El patio como espacio de convivencia”: La celebración de los Corralones cumple 14 años




La primera acepción de la RAE para la palabra corralón es: casa de vecindad. Un significado que se sigue enfatizando en todos los sentidos en la celebración de los Corralones. Loli Alcarazo, funcionaria del Centro de Servicios Sociales del Centro y organizadora de esta celebración, defiende en este sentido “el patio como espacio de convivencia”; una festividad cuyo peso recae en el Ayuntamiento de Málaga (CSSC de Distrito Centro) en mayor medida, aunque también participan varias asociaciones en actividades puntuales (como la Asociación Arrabal o la Fundación Don Bosco) y ha propiciado también el nacimiento de La Alacena del Corralón. En 2018 se cumplen 14 años desde que se inició este proyecto.

Esta iniciativa surgió ante la necesidad de hacer una intervención comunitaria en Trinidad y en Perchel, explica Alcarazo, dos barrios con una cultura popular muy importante de la ciudad que se vieron muy afectados a raíz de las inundaciones de 1989. Los corralones son un tipo de construcción de los siglos XVI y XVII que tomaron auge en el XIX con motivo de la revolución industrial que hubo en Málaga, eran las viviendas donde las personas que venían y emigraban del campo a la ciudad se instalaban para abordar la demanda de mano de obra industrial de la época.

1989 es la fecha que marcó un punto de inflexión en la zona de Trinidad y Perchel, especialmente en estos edificios. Los destrozos provocados por las históricas precipitaciones no dejaron otra alternativa que una rehabilitación de estas viviendas. Estas reformas se hicieron respetando la idiosincrasia arquitectónica que caracterizan los patios como zona común de convivencia y socialización. Son viviendas sociales, en régimen de alquiler, de protección oficial. A ellas volvieron quienes vivían antes y también otras personas con dificultades sociales de otras zonas de la ciudad que no tenían nada que ver con las dinámicas del barrio. Las mejoras en materia arquitectónica (en cada vivienda, a partir de la reforma, se construyeron baño y cocina, pues éstos eran compartidos anteriormente) no fueron acompañadas de un proyecto de rehabilitación social para las personas ajenas al estilo de vida del corralón. “El corralón es una vida más familiar. Cuando dos vecinas hablan desde la ventana, otras empiezan a salir para hablar”, dice Dolores Cantarero, vecina de Martinete 2. Hay una dinámica general de esta celebración: el liderazgo de las mujeres, las vecinas de siempre. Miguel Hidalgo, vecino de este patio, da fe de ello: “Las mujeres lo llevan todo para adelante; nosotros nos ocupamos de ayudarlas. Ellas lo organizan todo”. Las que se dedican a decorar y a cuidar de las plantas son ellas, mientras que los hombres se ocupan de colocar y arreglarlo todo, pues muchos son albañiles de profesión. En los corralones existe un estilo de vida peculiar y único. “La vida en un piso moderno y la de un corralón es muy diferente; en uno moderno el vecindario está más distanciado y todo es más monótono”, explica Francisco Funes, presidente de Martinete 2. 

Cristóbal Gil, director del CSSC de Distrito Centro desde 2001, tuvo la idea de aprovechar las peculiares riquezas de los corralones como eje de un proyecto que aglutinara de manera transversal el progreso social y cultural de la zona. Así nació la Semana de Los Corralones en 2004. Este año se celebra la decimocuarta edición de este evento. En todo este tiempo ha habido una evolución muy fuerte del evento: “Queremos trasladar los cambios y la transformación de los espacios comunitarios al espacio público, a las calles y fachadas”, explica Loli Alcarazo. En estos años se han ido introduciendo diversas novedades como los mercadillos, las demostraciones gastronómicas o las muestras de flamenco; en concreto en 2018 las vecinas de la Alacena del corralón contribuirán directamente en el evento llevando a cabo los paseos guiados. El evento, al conseguir fama, ha hecho que otras entidades se unan y participen en la creación de otras actividades. Incluso ha tenido tanta repercusión que ha propiciado la llegada de medios de comunicación y periodistas extranjeros interesados en él, como TV Tokio.

Uno de los aspectos más relevantes de esta celebración es la permeabilidad social: “Es importante que la gente no vea estas zonas como núcleos conflictivos, sino que entren y salgan del barrio como de cualquier otro barrio”, explica Alcarazo. El principal objetivo de la fiesta es que la gente descubra estos lugares desconocidos y que valoren el esfuerzo de todo el vecindario. Desde el punto de vista social, es una motivación para las personas que habitan estos corralones y dar una visión positiva, diferente a la que muchas veces se tiene de esta zona. “Es importante que se mantengan las tradiciones de Málaga”, defiende Miguel Hildago, vecino de Martinete 2. Dentro de la fama que ha adquirido esta celebración, el vecindario reclama mejoras tanto en las ayudas económicas como en la organización del evento en sí. “La semana del corralón nos gusta, pero queremos que nos dejen decidir lo que queremos comprar y dónde”, expresa José Quesada, vecino del corralón Jara 18. A lo que añade otras demandas como: mejor señalización de los espacios típicos con carteles explicativos, el cierre de las calles para facilitar el tránsito de las personas visitantes. Otra de las peticiones es que les den el dinero de los premios en metálico para que el vecindario sea el que decida dónde y qué comprar para esta fiesta.

A esta celebración cultural llegan personas de todas partes: rusos, noruegos, finlandeses, suecos, daneses... Visitantes que hablan con los vecinos y vecinas sin importar el idioma. Además del decorado floral que puede contar con más de 400 plantas como el Corralón Jara 18, las personas que acudan podrán disfrutar de música flamenca, baile, teatro, zarzuela, degustaciones gastronómicas de comidas típicas malagueñas como croquetas, potaje gitano o tortillitas de bacalao. También se puede adquirir muestras artesanas hechas por las mujeres de los corralones, como Carmen Natera, Silvia Sánchez o Isabel Fernández, especialistas en utilizar materiales reciclados en sus obras: cartón de huevo, tejas, latas... Desde el día 2 al 8 de junio se podrá acudir a este evento cultural La Trinidad y El Perchel “Corazón Popular de Málaga”.



Reportaje realizado como periodista del Ayuntamiento de Málaga y publicado en el Boletín Informativo de Derechos Sociales

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