domingo, 11 de diciembre de 2011

Vejez ausente


Y no envejece porque no lo dejamos.

Amarramos sus sabias arrugas con hilo de pescar

Su vista sufre ya de miopía cansada

Gafas antiguas casi de porcelana


Cobija sus recuerdos en un periódico matutino

Uno de ellos. El más mimado, el más querido.

Sus manos, reflejos de una memoria difusa por el tiempo

Con surcos de vejez indomable, con pliegues de experiencia indoblegable


Chirridos en sus dientes de degustador exquisito

Con boina de plata espumosa por su nevada cabellera

Ausente, dispersa, asustada por las ideas

Más chirridos en la vieja hamaca de madera


Luego, sus palabras, adolescentes secuestradas.

Dicen, muchachos, quinceañeros de por vida.

Sílabas humeantes de perspicacia, fonemas penetrantes

Y, no envejece, no lo dejamos. 

4 comentarios:

  1. Me encanta todo lo que escribes... Pero más me gusta cuando me lo lees, porque le das la entonación que verdaderamente hay que darle y es entonces cuando, por fin, comienzo a entender un poco de tu "mundo periodista" =P

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  2. Querida Maribel,me ha encantado tu espacio.Sombras que reflejan cultura,debate,reflexión y la forma perfecta de saber llegar al lector.Te seguiré sin lugar a dudas y gracias por visitar uno de mis espacios.Un abrazo muy fraternal.

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