Y no te das cuenta de la coraza que la rodea,
No la iluminas cual luciérnaga en primavera,
No la arropas cuando sube la marea.
Y no la mimas, no sonríes. No sonríes como ella quisiera.
Pero esa incertidumbre se resuelve en su mirada,
Ella eligió el próximo paso, el paso que quedaba.
El mar era el lugar escogido; tu brazo, su manta.
La luna ya se escondía, ella te buscaba.
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