viernes, 1 de diciembre de 2017

“La infancia siempre es la víctima silenciosa de las políticas de austeridad”



Santiago Mesa es maestro especialista en preescolar. Desde 2006 es el Jefe de Sección de Menores y Familia en el Centro Municipal de Atención a Infancia y Familia. Siempre  ha estado ligado a la gestión de centros de servicios sociales especializados y equipamiento. Hablamos con él sobre  la actualidad política y social en el ámbito de la infancia.

-          ¿Qué proyectos se plantea para el futuro próximo en relación a la infancia en Málaga?
Tenemos los retos que suponen la implantación de la nueva Ley de Servicios Sociales de Andalucía y la nueva Ley de Infancia y Adolescencia que ya tiene su borrador y está prevista para aprobarse el año que viene. Es un reto porque se va a crear un nuevo escenario para la atención a la familia que es la declaración de la situación de riesgo. Supone un paso previo para tomar una medida de protección con menores y supone también un protocolo a la hora de elaborar un plan de intervención; una comisión de valoración de esa situación de riesgo que tiene que decir sí o no a esa petición de riesgo; unos plazos que hay que cumplir y unos objetivos que marcar con la correspondiente notificación a la familia. Es un trabajo técnico, administrativo y de metodología que va a ser un reto tanto para los ETF, los servicios sociales especializados y los comunitarios, que tendrán que integrarse. Los ayuntamientos se van dotando de competencias a veces de forma no paritaria con los recursos humanos existentes y eso va a suponer un sobreesfuerzo para todos y todas. Ya en un futuro más lejano el objetivo es que los servicios sociales comunitarios y los ETF estén más unidos, buscando, más si cabe, trabajar de forma conjunta.

-          ¿Qué supone la nueva Ley  de Servicios Sociales con respecto al ámbito de la infancia?
Aporta escenarios positivos porque habla de derechos y deberes de la infancia. También da detalles sobre la figura del acogimiento. Supone un avance sobre la declaración del desamparo que insiste en la recuperación de la familia. Dota a los ETF de unos equipos fundamentales y muy cercanos a lo que es la intervención comunitaria como algo integrador. La ley viene a poner algo de orden en aspectos difuminados como es la protección de la infancia. El fallo es que no está dotada de recursos económicos y humanos. No viene con nuevo personal, presupuesto... Los servicios sociales parece que son un cajón de sastre en el que todo entra, cuando no están dotados para todo lo que se viene encima. No es proporcional a los recursos que tenemos...

-          ¿Los recortes económicos afectan a los derechos de la infancia?
Totalmente. La infancia siempre es la víctima silenciosa de las políticas de austeridad. Siempre es así. Invertir en infancia es invertir en futuro. Interesa que haya una mejor formación para la juventud, que generen riqueza aquí, pero eso es pensar a largo plazo. Sin embargo, el corto plazo es lo que prima en las cuestiones políticas.

-          ¿Han cambiado los problemas  asociados a menores en los últimos años?
Se ha introducido la cuestión cibernética: Internet, las redes sociales como un elemento nuevo. Las personas adultas estamos accediendo con desventaja y la juventud ya lleva tiempo. Es la primera situación de conocimiento científico-tecnológico que se da en la historia de la humanidad en la que la población adulta están por detrás de la juventud. Esto tiene su lado bueno y lado malo. La ciudadanía adolescente no es consciente que una usurpación de identidad es un delito; una coacción, amenaza o el insulto grave a través de la red puede ser delito de acoso. Están sucediendo nuevas realidades en el entorno de las redes sociales que hacen que determinadas personas jóvenes que pudieran pasar desapercibidas con este tipo de delitos, hoy están pasando. De hecho, la Fiscalía de Menores sitúa los delitos en el ámbito cibernético casi al mismo nivel que los que  suceden fuera de él.  Hay entonces un nuevo perfil de presunto o presunta delincuente que sitúa a unas personas jóvenes a las que hay que atender, en el ámbito judicial, familiar y en el de la prevención. Después, en lo que se refiere a la intervención familiar, no ha habido cambios en los perfiles. Hay que recordar que no solo se interviene con familias de barriadas marginales o en riesgo de exclusión social, sino que también se da en la clase alta.

-          ¿A qué rango de edad están más dedicadas las actuaciones que se realizan desde infancia?
Los ETF están dirigidos a todas las edades, pero hay que poner el foco en la infancia temprana. Sí hay un perfil de adolescentes, relacionado con violencia, agresividad... Sobre todo intervenimos con las personas más vulnerables. Por ejemplo, en Participación Infantil la edad va desde los 8 a los 17 años. Hay un repunte ahora de jóvenes que quieren estar en el proyecto de Participación. Lo que pasa es que las realidades son distintas. Estamos trabajando en dar una respuesta a quienes van a cumplir 18 años, ya que consideramos que ‘se jubilan’ y no hay espacio proporcional para este grupo y trabajamos para que puedan seguir proponiendo y trabajando por la ciudad.

-          ¿Cómo se coordina el centro con el resto organizaciones e instituciones?
Depende de los programas y los proyectos. Los ETF se coordinan diariamente  con el Servicio de Protección de Menores y Apoyo a la familia; y con Educación, con los servicios especializados en caso de problemática social de la Junta. Mantenemos una Agrupación de Desarrollo de Infancia, Juventud y Familia, que forman 26 asociaciones del ámbito y con la que llevamos casi dos años trabajando de forma conjunta  buscando proyectos comunes y sinergias. Preparamos los días especiales como el Día de la Niña, Día de los Derechos de la Infancia... Intercambiamos información, experiencias, actividades con la idea de aunar esfuerzos. Esta agrupación ha ido creciendo exponencialmente y es la que tiene más entidades activas. Nos reunimos los últimos jueves de cada mes. Somos un punto de referencia de muchas entidades en el tema de la intervención con menores y familia en alto riesgo.

-          ¿Han cambiado los roles de padre y madre respecto al cuidado de los hijos e hijas?
Los modelos familiares han cambiado a una velocidad ultrasónica. Ya no es solo el modelo de familia tradicional: papá, mamá, dos o tres niños y abuelos. Tenemos familia monoparental, familia reconstituida formada con hermanastros, familia de padres gais o madres lesbianas, familia de inmigrantes... La figura del padre se va implicando en la dinámica familiar de forma muy lenta. Va apareciendo poco a poco pero en determinado contexto sociocultural, en otro se siguen reproduciendo modelos culturales y etnográficos. En nuestras escuelas de padres, en algunos distritos la presencia masculina es del 10%, en otros del 30% o el 40%. La integración del padre en la dinámica familiar no se produce a la misma velocidad que el cambio social.

-          ¿Qué significa para Málaga formar parte de las Ciudades Amigas de la Infancia?

Estamos adheridos con UNICEF al programa de Ciudades Amigas de la Infancia. Tenemos que rendirle cuentas anualmente de una serie de indicadores que nos piden. Para ello es necesario tener un plan de infancia y adolescencia con su presupuesto y en segundo lugar, un espacio de participación para la juventud. Hay que presentar una documentación muy exhaustiva con respecto al equipamiento de ciudad. Málaga sale muy bien valorada en puntuación como Ciudad Amiga de la Infancia. Lo que queremos es crecer, incorporar más colegios que representen la diversidad de la ciudad. Es algo muy positivo de este proyecto, que es muy integrador. 



Entrevista realizada como periodista del Ayuntamiento de Málaga y publicada en el Boletín Informativo de Derechos sociales 

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