Y me dirás que solo somos
lluvia
tras los cristales rotos del
ayer,
buscando siempre un nuevo
amanecer
para dejar sellada nuestra
historia.
Y juzgarás mi eterna
filosofía,
sin remordimientos, solo por
placer,
porque no tiene lugar
suponer
más allá de esta efímera
memoria.
Mas la infinidad se halla en
el ahora,
tras las luces de bohemia y
la tinta
que corrigen el tiempo en su
demora.
Deja volar aquel ave
distinta,
escucha cómo la poesía
aflora
o desátame y continúa
indistinta.
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