viernes, 20 de enero de 2017

La piel



Sigue lloviendo sin lágrimas
mientras tú cambias de piel.
Le haces las maletas al olvido,
desvistes los mapas;
guardas los diarios,
abres cajones y ventanas.
Un caracol desnudo
que busca sol en la noche;
girando en rotondas sin tráfico,
ofreciéndole abrigo al derroche.
Y entonces ajustas a la herida
el dedo índice y corazón,
simplemente para contar los latidos

del caos que invade tu interior. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario