viernes, 25 de abril de 2014

Educar en los medios en el siglo XXI



Nuestra niñez y adolescencia se deslizan entre las paredes del colegio. Después, la juventud resbala por los pasillos de alguna universidad. Por lo general es así: al principio recibimos clases de asignaturas obligatorias que se definen como básicas, más tarde elegimos una aproximación de lo que queremos que nos enseñen. Pero, ¿dónde se encuentra la perspectiva educomunicativa?, ¿cuándo nos enseñan a tener pensamiento crítico?


            Al reflexionar sobre este aspecto, mis pasos se dirigen directamente al instituto donde pasé mis primeros años. Es un instituto público de un pueblo pequeño: IES Sierra Mágina en Huelma (Jaén). Recuerdo que no tuve ninguna asignatura especializada en medios de comunicación como en la mayoría de los colegios de las localidades de España. La única materia desde la que alguna vez me explicaban algunos aspectos de la comunicación fue en Lengua Castellana. Lola Rodríguez López era la maestra que impartía esa asignatura. El punto de vista de esta maestra de primer ciclo de ESO nos puede acercar un poco a la opinión general que tienen los maestros de los distintos colegios.

            Rodríguez López entiende como alfabetización mediática la capacidad de las personas para acceder, comprender e interpretar la información que llega a través de los medios de comunicación que tienen que ver con las tecnologías de la información y la comunicación. Piensa que la familia, la escuela y los propios medios son los que deberían, en conjunto, alfabetizar, pero con una serie de criterios éticos establecidos para todos.

            Santiago Tejedor Calvo, profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, nos da su visión sobre el tema como experto en alfabetización mediática. Tejedor Calvo se interesó por este tema tras conocer los trabajos de José Manuel Pérez Tornero, catedrático de Periodismo y director del Gabinete de Comunicación y Educación de la UAB. Santiago Tejedor Calvo define la expresión alfabetización mediática como la capacidad para acceder, decodificar, comparar, sintetizar y crear mensajes vinculados con la Sociedad de la Información. Y piensa que toda la sociedad debería asumir la responsabilidad de alfabetizar.

            Lola Rodríguez López y Santiago Tejedor Calvo coinciden en los puntos básicos del tema que aquí se trata. Rodríguez López, por su parte, representa la visión de las personas que imparten clase en colegios formando así una primera perspectiva educomunicativa en los alumnos, con el factor variable de que en esa escuela existan o no asignaturas especializadas en medios de comunicación. Tejedor Calvo, simboliza a las personas que, desde fuera de los colegios, estudian e investigan sobre alfabetización mediática. Ambas partes son necesarias para explicar la situación de la educación en los medios del siglo XXI.

            Rodríguez López comenta que en las clases que ella imparte tienen mucha importancia los medios de comunicación, que disponen de pizarra digital y de ordenadores. Además,  explica que hacen bastante uso de los ordenadores para acceder a diferentes informaciones. Aunque el centro docente en el que trabaja, IES Sierra Mágina, no cuenta con una asignatura específica sobre medios de comunicación, dice que la comunicación se trabaja desde asignaturas como Lengua Castellana y Literatura. Además, cuenta que en el centro tienen una revista anual que trata de reflejar la situación del curso escolar y expresar las vivencias y experiencias que van sucediendo durante el mismo.

Santiago Tejedor Calvo opina que sería necesaria una asignatura en el ámbito de la educación obligatoria que abarque de forma más amplia a los medios de comunicación; explica que es necesaria para tomar conciencia y conocer el impacto de lo que sucede y las maneras de enfrentarse a ello. Lola Rodríguez López piensa que hay que tratar los medios de comunicación en la enseñanza obligatoria, pero que no es necesaria una asignatura específica para ello, lo necesario es que se trate dentro del currículum de las distintas materias para facilitar al alumnado instrumentos para saber acceder a los medios de comunicación con capacidad crítica.

La maestra de Lengua Castellana piensa que sería necesario incluir más espacio a los medios de comunicación en la materia que imparte, comenta que habría que incluirlo en los programas de forma expresa. Ella piensa que sus alumnos no hacen un uso responsable de los medios de comunicación y que no están lo suficientemente informados de la actualidad. “Creo que se quedan en lo superficial y quizá en lo amarillo”, señala. Santiago Tejedor Calvo apoya estas palabras ya que piensa que estamos en una sociedad infoxificada y que vivimos en el ruido digital


Lola Rodríguez López comenta que el alumnado tiene un fácil acceso a los medios pero que no tienen la formación necesaria para saber seleccionar y tener un punto de vista crítico y personal. Este mal consumo de los medios de comunicación les influye negativamente, explica, la mayoría de los contenidos a los que acceden son sexistas, machistas, clasistas y, en general, transmiten muchos estereotipos. “Asumen que todo se consigue de manera inmediata y sin esfuerzo, por lo que después les cuesta esforzarse por algo, o saber “esperar”, pareciera que todo consiste en darle al “botón” del mando para conseguir algo de forma instantánea”, comenta Rodríguez López.

                Si nos centramos en la alfabetización mediática en general, ambos piensan que la parte de la sociedad que está menos alfabetizada son las personas más desfavorecidas, las que no tienen  garantizado el acceso a las tecnologías y a los medios de comunicación, por cuestiones económicas y de interés (aunque se va democratizando poco a poco). Lola Rodríguez López señala también que los ancianos tampoco están alfabetizados mediáticamente ya que todo les ha llegado de pronto y sin muchas posibilidades de acceso y quizá les producen cierto rechazo. Santiago Tejedor Calvo añade que no es posible determinar quiénes son las personas menos alfabetizadas mediáticamente a causa de que el simple hecho de no poder acceder a las tecnologías no garantiza que ese acceso sea cualitativo.

            Por su parte, ambos comparten que el colectivo más joven por su exposición debe ser objeto de un seguimiento más especial y detallado. En los colegios, institutos y universidades hay una fuerte apuesta por lo instrumental y técnico pero se deja en segundo plano la mirada crítica.  También, las personas que se encuentran en una edad de inserción laboral. Aunque la urgencia es global pues afecta y repercute a toda la sociedad: infancia, juventud, profesorado, padres… No sólo se trata de manejar mecánicamente a los medios sino de saber abordarlos desde un punto de vista crítico.

            El profesor cuenta que la alfabetización debe estar presente de forma autónoma y específica en los planes de estudio de todos los niveles educativos. De ese modo, mejoraría el nivel de alfabetización de la población. Piensa que no es posible afirmar que en la sociedad se intenta que exista el menor número de personas alfabetizadas, aunque muchos han tomado conciencia de su alcance real.

             Relacionando el pasado con el presente, Lola Rodríguez López explica que, comparando las actuales relaciones entre profesor y alumno con las antiguas, nota cierta falta de respeto y mucho pasotismo. Algo que piensa que es causado por los modelos que tiene los alumnos en la calle, en los medios y en la familia. Santiago Tejedor Calvo hace hincapié en que la diferencia en el trato profesor – alumno con otras generaciones pasadas se centra en las nuevas tecnologías y la adicción a las redes sociales, lo que conlleva al desarrollo de importantes cambios en los hábitos y las actitudes. A su vez, explica que no todos los profesores se adaptan del mismo modo a las nuevas tecnologías, existen notables diferencias en los contextos, las voluntades y las políticas. Rodríguez López sí señala que es importante la formación para la labor pedagógica y didáctica adaptada a la actualidad.

            En términos generales, la educación y el sistema educativo se puede mejorar. La maestra de Lengua Castellana apuesta por “la mejora de las condiciones de trabajo, más profesorado, atención más personalizada (menos ratio), acercamiento de la escuela a la vida (a veces parece que la institución escolar está años por detrás), más medios en las aulas, más importancia a los valores, más coeducación, más integración. Y más implicación de la familia en coordinación con la escuela.” El profesor de Ciencias de la Comunicación concentra cualquier mejora en la educación recordando el sentido etimológico de la palabra Educar: educere: sacar de dentro

           
Santiago Tejedor Calvo, profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, concluye que se está intentando que esta materia reciba la importancia que merece. Y comprende que, por ejemplo, en los periódicos no se le dé el espacio suficiente a los temas educativos debido a que los periodistas deben afrontar día a día cientos de obstáculos. 




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