jueves, 28 de febrero de 2013

Las olas




Y era prófugo del tiempo cuando lo encontraron sin mar.
Era el viento y el llanto.
Un invierno,
largo y eterno,
rozando de forma invisible.
Era ceniza e inspiración,
lo era todo.


A veces es necesaria la incoherencia,
un verso que duela en el pecho
que no deje respirar,
que abrace tanto los latidos,
que los ahogue,
con humo y desgarros.
En ocasiones sin aliento.


Era sólo eso,
la excusa.
Mientras todo era quietud,
era la parte antagónica a la dulzura,
puro libido sin dueño.
Todo,
era tanto.



Ciudades,
hundidas y desveladas,
presagios con el tenue dolor entre sus muros.
Y era todo.
con ellas o sin ellas.
Culmen de los momentos perdidos,
perdidos cuando era débil,
entre el hedor.


Las olas los hundían en las esquinas,
los tumbaba en el suelo.
Las olas eran las que evaporaban la ciudad.
Las olas, las que lo hicieron ser así,
las que destaparon las metáforas de ella.
Ellos eran las olas. 

2 comentarios:

  1. este la direccion de mi blog espero que te guste y se lo envie a tus amigos
    http://fernando-opinionpersonal.blogspot.com.es/

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  2. El tiempo, sí, que todo lo olvida. El tiempo por el que, como dice Manolo Alcántara, no pasan los años. Me gusta el tempo tranquilo, no cansado, de este rincón donde se avaivenan las musas.

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