Ha pasado mucho tiempo desde aquel mayo de 2011
cuando Neil Young viajaba en un Crown Victoria de 1956. Tanto tiempo, o tan
rápido, que su sombrero de paja se incendia por momentos. Desde aquel día,
desde aquel año, se han sucedido miles de punzadas que se censuran a modo de
reflexología. También se ha subestimado la cultura como tal de muchas formas,
porque era de donde “se podía recortar con menos consecuencias”, leí en algún
lugar de cuyo nombre no quiero acordarme. Pese a los méritos propios, quizá
sólo podamos amoldarnos en la delgada coyuntura de posicionar nuestros
desvaríos, un principiante SEO antiestrés.
Mucho tiempo ha pasado. Ya todo
se divisa desde un estribillo roto a destrezas de arte menor, acomplejado.
Acotando al padrino de grunge en una u otra parálisis entre las cuerdas de su
guitarra acústica o de una Gibson Les Paul, entre la sensibilidad de su
deslizada denuncia social lírica y su Old Black. Jonathan Demme, el mismo que dirigió
El silencio de los corderos, centra su trabajo, una vez más, en Neil Young. Con
Neil Young Journeys, esta producción
que se puede ver desde hace una semana en España, se completa la trilogía junto
a Neil Young, heart of gold y Neil Young Trunk Show. Siempre será un
éxito, al menos para mí, aunque la razón de serlo, como decía el mismo en Waging Heavy Peace, sea porque la gente
habla de lo que ellos harían mejor.
Supongo que así podemos volver de alguna forma
a aquel año, que parece ya tan lejano, con el compositor canadiense. Es sólo
una sugerencia. Regresar bajo el manto de una voz frágil que idolatra a Elvis
Presley en sus momentos más íntimos, desde su niñez. Sin cesuras en los versos, sin vacíos.
Incluso podemos retroceder más tiempo con solo escuchar Heart Of Gold o Harvest
Moon. Como decía Neil Young, protagonista de esta vuelta al pasado: "en aquel entonces la gente cerraba los ojos y escuchaba
música. Hoy en día hay una gran cantidad de imágenes que van con la música.
Mucha de la música es una mierda y todo es comercial y las imágenes están
tratando de vender el disco”.
Columna publicada en La Opinión de Málaga el 17 de enero de 2013
Todo un placer, haber llegado hasta aquí y, conocer tu blog.
ResponderEliminarYa tienes una nueva seguidora.
Un beso
Nela
Muchas gracias. Me alegra que te guste.
ResponderEliminarUn beso.