El calzado de LA
literatura, en femenino, posee esa cautela que inquieta la desfachatez del
género opuesto (hablando en términos retóricos, o no). Con el consuelo, si así
lo fuera, de rimar tacones inestables con pentagramas movedizos. Y el alivio de
poder asesinar a Platón y a su definición de la mujer como degeneración física
del ser humano. Al menos con la forma tan peculiar de matar que tiene Chantal
Maillard.
La huella
femenina siempre ha estado presente en el marco poético, con unos derechos que,
año tras año, han demostrado un merecido primer plano en el estante de la
valentía. El nacimiento, más o menos homologado, de la mujer escritora como tal
podría emanar de Alemania allá por el siglo X. Hroswitha de Gandersheim,
religiosa benedictina, que murió dejando poemas, leyendas, dramas y su
dignidad. Desde la Décima musa, protagonistas exquisitas del Triste oficio de
Malilyn Bobes. Lirismo con mirada propia en progreso constante, que siempre
tarda en llegar. Faldas con transparencias de la impotencia que hace unos años
acechaba el tópico «detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer». La
mujer ha pasado por el obstinado papel de ser considerada una simple musa, y ha
tenido que mantener esa fantasía para sostener la literatura de numerosos
autores. Una lista interminable de nombres podría corroborar la sádica forma de
desigualdad que aún sigue vigente en muchos términos, aún ciñéndonos solo en la
literatura. Son pequeñas dosis de Gabriela Mistral.
La
literatura femenina no alcanza a tener doscientos años. Algo muy ambiguo, pues
existen debates en los que la posición de tratar la literatura femenina como
tal se considera un error. A su vez, se presupone que hablar de ella es aceptar
las diferencias. En escenarios como este, Virginia Woolf divaga en Un cuarto
propio sobre la posibilidad de que Shakespeare tuviera una hermana. En femenino
singular o masculino colectivo, la literatura mantendrá sus pies en aquel autor
que demuestre serlo, siempre que le dejen demostrar.
Columna publicada en La Opinión de Málaga el jueves 1 de noviembre de 2012
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