La infancia se mantiene en conserva cuando los ajetreos
diarios no permiten precocinados como entremeses. Se custodia entre manantiales
de profecías y conjeturas sin aliento. La niñez, esa amalgama de ficción y
realidad de mentira, bosqueja los retales de un comienzo confuso.
Es un cortometraje, el primero de una tira de obras cuanto menos calificadas con el adjetivo desdeñable. Tim Burton amenazaría esta compostura
eterna con una ecuanimidad desbordante, o no. El negativo que cubre la perspectiva
de lo imaginario se viste con eso, con la amenaza de ser perpetuo y la
compostura de parecer razonable. Por eso, las películas de este director,
escritor, diseñador y productor estadounidense se arropan de la inocencia de un
mal menor como es la infancia. Films poseídos por el fantasma de su niñez. La
sombra de un niño introvertido con matices góticos y oscuros.
También, en la penumbra
burtoniana, prevalece el recelo ante lo aberrante. Figuras ilícitas en el plano
de lo estilísticamente poético. Aparecen monstruos en sus películas. Seres con
mayor emisión de emociones de lo que de un humano se podría esperar. Personajes
sacados de las más recónditas esperanzas pasadas, basando su vida fílmica en un
vaivén de adorables atrocidades. Axe
Wound (traducido como `herida de hacha´), alias que recibió Tim Burton de
pequeño por sus `juegos´ un tanto atrevidos, gotea los restos de hombre
consumido a películas de terror cuando era niño. Con la brevedad de ser fiel a Vicent Price, actor de cine
estadounidense conocido principalmente por sus películas de terror, en su filosofía de la imaginación.
“El cine es el mejor cuento de
hadas” comentaba Burton en una entrevista hace algún tiempo. De ahí que cimente
sobre él toda su fantasía extraordinaria. Lo podemos ver en Frankenweenie su nueva película que se estrenó en España el 11 de
octubre. Esta historia nace en 1984, pero Disney se negó a llevarla a la
pantalla debido a que su trama contenía altas dosis de terror (ahora contratada
con otro `estudio´). Un stop-motion cargado de nostalgia en lugares de Burbank,
su ciudad natal. El 3D destaca la importancia del trabajo artístico que hay
detrás del montaje. En la película aparece Winona Ryder, siendo la tercera vez
que trabaja con ella; se ausenta esta vez Johnny Depp, un anclado generalmente
a los trabajos de Burton.
Pero aparte de reanimar su niñez en `cuentos de
hadas´ como este, Tim Burton es un pequeño poeta en silencio. En 1997 publicó un libro de
poemas The Melancholy Death of Oyster Boy &Other Stories. Memorias de un `misfit´,
inadaptado en el inglés más profundo, acotaría en mi perspectiva de cinéfila a
secas. Como decía Billy Corgan,
"una canción, un cuadro, una poesía no te va a gustar más o menos si sabes
que pensaba o sentía el autor al hacerla, te gusta o no te gusta, y punto".
Y creo que llevaba razón.
La vida nos ausenta en ocasiones de lugares que son tan gratos de visitar como es el tuyo,sin embargo, nos premia de momentos libres para llenarme de energía cada vez que te visito.
ResponderEliminarQué grata me siento siempre, al entrar en tu rincón que es esperanza, meditación,debate de conciencia y una gran cuota de afectos y poesías y cultura.