Llueven demagogos rayos de sol, calurosos rescates
(dulces) para no diabéticos, asfixiantes sofocos de políticas incorrectas. Las sombrillas ocupan
playas mientras los estudiantes sueñan con desocupar bibliotecas. El bochorno
afecta a los políticos, espero que sea eso. Siempre nos quedará el humor…
El humor a cuchillazos de 140 caracteres, Twitter
para desayunar, o las viñetas de El Roto. Pequeñas dosis de carcajadas, medicina
anticrisis. También nos quedan las terrazas a eso de las diez de la noche y la
figura inexacta del vaho congelado de una cerveza. O empates España – Italia,
para `relajar´ tensiones. Los pequeños placeres con los que cada uno pretenda
contrarrestar este flash – back hacia El crack del 29, pero más autodidáctico,
claro.
Así, Málaga se adentró (por séptima vez) en El
Círculo de humor, que se celebró del 6 al 10 de junio. El Círculo despedía
nevados vestidos y chaquetas (para contrarrestar termómetros), antimosquitos,
jóvenes (siempre en espíritu) y algún que otro profesor de teatro dramatizando
sobre la incomprensión de Góngora, pero ¡qué va!
La actuación `Boleros imperfectos´ despertó muchas
sonrisas en este círculo del humor. Javier
Krahe también se paseo metafóricamente por él cuando el grupo lo recordó a modo
de elogio. `Cómo cocinar a un Cristo para dos personas´, el vídeo realizado por
este cantautor, fue la causa por la que un juez lo condenó por un delito contra
los sentimientos religiosos. Al final ha sido absuelto, por la gracia de Dios.
El gran opio con resaca permanente.
Por esto se hace necesaria la ironía, el sarcasmo
educado y con corbata, pero sarcasmo de todos modos. La forma desenfadada por
el fondo indignado. El reír para no llorar del siglo XXI, justo este, si no me
equivoco y hemos retrocedido de repente.
Siempre
nos quedará el humor.
Columna publicada en La Opinión de Málaga el jueves 14 de junio de 2012
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