martes, 14 de febrero de 2012

Muelles desgarrados, erotismo comedido



En el fondo hay un matiz, un diminuto suspiro de erotismo comedido;
En el roce de cada amanecer en la distancia.
Latitudes inexactas.
En el fulgor.

Sin más musicalidad, gemidos taciturnos, que unos muelles desgarrados.
No sé por qué,
O sí. La inmortalidad, inmoralidad transgredida.
Acústica perfecta.

Y desvanecer,
Acurrucados entre pestañas.
Extremo de perversidad desolador.



Instantes de una interioridad perfecta, en el fondo.
Cuando tú eres mi parte preferida del pijama
Y yo…
Yo me conformo con ser.

Pentagramas de caricias al alba, crepúsculos avergonzados.
Colecciones literariamente orgásmicas de entrantes censurados.
Capturando tiempos verbales,
Arrancándole el  pasado al sofá.

Demagogia pretenciosa a la vez que natural en ti.
Escepticismo tal cual, eyaculación de palabras incorrectas.
Palabras, con resaca celosa,
Con esas ganas locas de, simplemente, nombrarte.

Y desvanecer,
Entre cópulas de sueños dormidos.
Masturbaciones de versos enamorados.





                                                                                       Richard Clayderman - Balada para Adelina

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