Rumasa (Ruiz Mateos Sociedad Anónima) fue un grupo de empresas españolas propiedad del empresario José María Ruiz Mateos, en 1961. Este grupo de empresas fue expropiado por el Gobierno español el 23 de febrero de 1983. La alegación que presentó el gobierno fue que Rumasa había evitado pagos a Hacienda, considerando, así, que estaba en bancarrota, manteniéndose a flote debido al amaño de los libros de contabilidad de la empresa.
Ruiz-Mateos demandó al gobierno a causa de la
expropiación y fue encarcelado acusado de evasión de divisas, fraude y
apropiación indebida. A esto se le unió el puñetazo que propinó
Ruiz-Mateos al que fuera Ministro de
Hacienda en el momento
de la expropiación, Miguel
Boyer. Como consecuencia pasó una temporada en la cárcel.
Los
métodos de ejecución de esta expropiación hicieron que surgieran numerosas
teorías conspirativas acerca de la misma. Existe la teoría que afirma la
pertenencia de José María Ruiz Mateos al Opus Dei, y el supuesto control que
este grupo católico y opuesto al PSOE ejercía sobre Rumasa, podrían haber
motivado al Gobierno a realizar la intervención, ante el temor de que el grupo
fuera utilizado para condicionar negativamente a la economía española,
provocando así una eventual caída del Gobierno.
José
María Ruiz Mateos trató de renacer de sus cenizas y en 1990 emprendió la
creación de Nueva Rumasa, otro conglomerado de empresas parecido al antecesor en sectores como
el agroalimentario, hostelero e inmobiliario. Pero como el hombre es el único
animal que tropieza
dos veces con la misma piedra, esto es lo que ha pasado con Rumasa. 28 años más tarde la familia Ruiz Mateos
vuelve a ser víctima de una huida hacia adelante por métodos poco ortodoxos.
Otra vez los problemas de liquidez el cierre del sistema financiero. El nuevo imperio de
Ruiz-Mateos se desmorona de nuevo.
Ahora, Nueva Rumasa retoma la negociación sobre el ERE de la
planta de Clesa en Madrid, según fuentes de Europa Press
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